La reforma a la salud, uno de los proyectos más esperados y discutidos del gobierno de Gustavo Petro, continúa enfrentando obstáculos en el Congreso. Este martes, el debate sobre los 32 artículos restantes de la reforma debía avanzar, pero la falta de quorum impidió que la sesión siguiera adelante, dejando en vilo la aprobación de uno de los pilares de la agenda legislativa del mandatario. A pesar de que el proyecto ya ha sido debatido en el segundo de los cuatro debates requeridos, los congresistas no lograron ponerse de acuerdo para continuar la discusión.
La reforma a la salud ha sido una de las iniciativas más polémicas de la administración Petro. Con la ambición de transformar el sistema de salud del país, el proyecto ha provocado un torrente de reacciones tanto dentro como fuera del Congreso. Los debates se han caracterizado por la confrontación entre aquellos que respaldan la propuesta y quienes se oponen a los cambios radicales que implica. En este escenario de tensiones, los obstáculos administrativos y políticos, como el reciente enredo en la mesa directiva de la Cámara, han retrasado aún más el avance del proyecto.
Durante tres semanas, el agendamiento del debate estuvo suspendido debido a diferencias internas entre los miembros de la mesa directiva. Mientras que el presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca, apoyaba continuar con la discusión, los vicepresidentes Jorge Rodrigo Tovar y Lina María Garrido mostraban reservas, especialmente por la necesidad de que el Ministerio de Salud cumpliera con las órdenes de la Corte Constitucional. A pesar de las tensiones, el primer vicepresidente cedió, permitiendo la reanudación de la discusión, pero la falta de quorum en la sesión de este martes echó por tierra el avance esperado.
A pesar de las dificultades para reunir a los congresistas, el Gobierno ha hecho esfuerzos para que la reforma siga adelante. En un contexto de incertidumbre política y económica, el proyecto de reforma busca, entre otras cosas, revisar el valor de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), que es el dinero destinado por el Estado para que las EPS (Empresas Promotoras de Salud) cubran la atención de los afiliados. Esta medida, que se está comenzando a implementar, pretende responder a una de las preocupaciones más recurrentes en la opinión pública: la ineficiencia del sistema de salud y su impacto directo en la calidad de la atención.
Mientras tanto, el debate sobre las recusaciones se añadió a la agenda de la sesión. Cinco recusaciones fueron interpuestas contra varios congresistas, acusados de presunta entrega de “mermelada” por parte del Gobierno. Esta figura, que hace referencia a la entrega de beneficios a cambio de apoyo político, sigue siendo un tema recurrente en la política colombiana. La controversia sobre estas recusaciones generó un ambiente aún más tenso en la Cámara, con acusaciones cruzadas y la intervención de varios representantes que buscaron resolver el asunto.
Una de las recusaciones más destacadas fue la que se presentó contra 17 representantes, entre ellos miembros de partidos como el Partido Liberal y Cambio Radical, y que acusaba a los congresistas de haber sido beneficiados por el Gobierno a cambio de apoyo a la reforma. Estos incidentes, sumados a la falta de consenso sobre cómo resolver las recusaciones, contribuyeron a que la sesión se terminara sin que se pudiera avanzar en el debate de la reforma.
El presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca, tuvo que anunciar el cierre de la sesión debido a la falta de quorum, lo que significa que no se discutió ni votó ninguno de los artículos pendientes de la reforma. Aunque esta situación representa un retroceso para el Gobierno, también evidencia las dificultades del Ejecutivo para mantener el control en un Congreso fragmentado, donde los acuerdos son cada vez más difíciles de alcanzar.
La reforma a la salud de Petro, que tiene un alto potencial de transformación para el sistema de salud colombiano, sigue siendo un tema caliente en la política nacional. Mientras algunos consideran que los cambios propuestos son necesarios para garantizar un sistema más equitativo, otros critican lo que perciben como un intento de intervención excesiva del Estado en el sector. A medida que los debates avanzan, el proyecto sigue siendo un campo de batalla político, y su futuro dependerá en gran medida de los acuerdos que se logren en los próximos días.
El Congreso vuelve a reunirse este miércoles, 5 de marzo, para continuar con la discusión de la reforma. Las expectativas son altas, pero los obstáculos siguen siendo grandes. Con el tiempo en contra y una agenda legislativa apretada, será clave ver si finalmente el Gobierno de Petro logra superar estos impases y llevar a cabo la reforma que busca transformar uno de los sectores más críticos del país.