Se acabó el suspenso. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) confirmó lo que desde marzo venía flotando en el ambiente como una nube de desilusión: el Club León de México no jugará el Mundial de Clubes 2025, y con él, James Rodríguez pierde la oportunidad de volver al radar internacional en una vitrina de alto nivel. La novela ha llegado a su final, y no con el desenlace que muchos hinchas esperaban.
La historia comenzó con una sanción de la FIFA por infracción al reglamento de multipropiedad. León y Pachuca —ambos bajo el paraguas del Grupo Pachuca— no podían, según el artículo 10.1 del reglamento del torneo, compartir la misma figura jurídica en una competencia que exige autonomía e independencia total entre sus clubes participantes. La FIFA fue clara y tajante. León, pese a su título en la Liga de Campeones de la Concacaf, quedó fuera por razones extradeportivas.
James, quien había recalado en León como una apuesta para relanzar su carrera, se queda así sin uno de los escenarios más importantes del calendario futbolístico de este año. El Mundial de Clubes, que se celebrará entre el 15 de junio y el 13 de julio en Estados Unidos, reunirá a la élite del fútbol de cinco continentes. Era el lugar ideal para que el ‘10’ volviera a mostrarse ante las cámaras, los scouts y los grandes clubes. Pero el TAS ha cerrado la puerta.
El fallo, emitido este martes, desestimó las apelaciones presentadas tanto por León como por Pachuca. “Los clubes no cumplieron con los criterios del Reglamento relativos a la propiedad múltiple”, sentenció el Panel, dejando poco margen para el debate. La justicia deportiva ratificó lo que la FIFA ya había determinado meses atrás: la multipropiedad no tiene cabida en el fútbol moderno de clubes.
Para James Rodríguez, esto significa un nuevo revés en un camino reciente marcado por altibajos. De las luces de Madrid y Múnich a los vaivenes de Catar, Grecia y ahora México, su trayectoria ha oscilado entre los destellos de talento intacto y los fantasmas de la irregularidad. El Mundial de Clubes se perfilaba como una posible redención, un regreso silencioso pero contundente a las grandes ligas. Ahora, ese tren ha pasado.
El Club León, por su parte, lamentó la decisión del TAS en un comunicado escueto, pero no ocultó su frustración. La institución esperaba que el título deportivo le bastara para acceder al torneo. No fue así. La sanción, aunque impopular, envía un mensaje claro sobre la integridad en la gobernanza del fútbol: el mérito en la cancha no exonera del cumplimiento normativo.
En medio de todo, la FIFA aún no ha anunciado qué club reemplazará al conjunto mexicano en el torneo. Mientras tanto, los fanáticos del fútbol colombiano seguirán esperando que James tenga otra oportunidad de brillar donde su zurda sea protagonista y no solo un recuerdo.
Así, León queda fuera del Mundial, James sin escaparate y el fútbol con una lección: los reglamentos también se juegan. Y esta vez, el partido se perdió en los escritorios, no en el campo.