En un escenario político cada vez más tenso, la bancada antioqueña ha decidido tomar cartas en el asunto y exigir al presidente Gustavo Petro una respuesta clara sobre el destino de los recursos destinados al Metro de la 80. Un total de 26 congresistas, entre senadores y representantes, firmaron una carta dirigida al mandatario, en la que reclaman la transferencia inmediata de los $483.135 millones que, según lo acordado, debían ser entregados por el Gobierno Nacional en la vigencia de 2024. Este dinero es esencial para garantizar la continuidad de un proyecto que, desde su concepción, ha prometido transformar la movilidad en Medellín y sus alrededores.
El Metro de la 80 no es simplemente una obra de infraestructura; es una promesa de modernización para el transporte público de la ciudad. Según los congresistas antioqueños, la ejecución de este megaproyecto tiene un impacto directo sobre cerca de un millón de personas, lo que representa el 38% de los habitantes de Medellín. Estos recursos son vistos como la llave para mejorar la calidad de vida de una porción significativa de la población, a través de un sistema de transporte público más eficiente y sostenible, que además aliviaría el congestionamiento vehicular que afecta la capital antioqueña.
La situación actual del proyecto se torna crítica, ya que el dinero necesario para continuar con las obras aún no ha sido desembolsado, a pesar de que el convenio de cofinanciación entre la Nación y el Departamento de Antioquia estaba claro en cuanto a la fecha de entrega. Desde enero de 2024, el acta de inicio de la etapa de construcción ya fue firmada, pero la falta de los recursos ha dejado en el limbo el avance de la obra. Los congresistas no dudan en recalcar que este atraso pone en riesgo el cumplimiento de los plazos establecidos, lo que podría retrasar aún más la promesa de contar con un sistema de transporte masivo más eficiente en la ciudad.
Con el avance del proyecto superior al 30%, el tiempo se convierte en un factor determinante. Cada día que pasa sin que se liberen los recursos comprometidos, es un día perdido en el cronograma de trabajo, lo que podría derivar en sobrecostos y mayores complicaciones logísticas. Los congresistas, alzando su voz en esta misiva, insisten en que la transferencia de los fondos no es solo una necesidad administrativa, sino un compromiso con el futuro de la ciudad y sus habitantes.
El reclamo de los congresistas va más allá de un simple requerimiento burocrático. Es un recordatorio de la importancia que el proyecto tiene para la región, no solo en términos de movilidad, sino también en cuanto a desarrollo social y económico. Al garantizar un transporte público más eficiente y sostenible, se mejora la conectividad de Medellín con las zonas aledañas, lo que a su vez facilita la circulación de bienes y servicios, promoviendo un desarrollo más equitativo y menos dependiente del transporte privado.
Desde la firma de esta carta, los representantes han intensificado sus esfuerzos por hacer visible la situación. En sus redes sociales, varios de ellos han hecho públicas sus demandas, buscando aumentar la presión sobre el Gobierno Nacional. El mensaje es claro: Antioquia no está dispuesta a esperar más. El Metro de la 80 es un proyecto que ya ha alcanzado un grado significativo de ejecución, y su viabilidad depende en gran medida de la acción del presidente y de los ministerios encargados.
El problema del financiamiento para el Metro de la 80 se inserta dentro de un contexto más amplio de desconfianza entre el Gobierno Nacional y algunos sectores de la política regional. La falta de cumplimiento con los compromisos asumidos ha generado un ambiente de incertidumbre, no solo para los habitantes de Medellín, sino también para los inversionistas y contratistas involucrados en el proyecto. En este clima, las promesas del Gobierno se ven cada vez más como declaraciones vacías que no tienen reflejo en acciones concretas.
En conclusión, la situación del Metro de la 80 está lejos de ser un asunto menor. Es un tema que involucra la dignidad de los habitantes de Medellín y de toda Antioquia, que esperan que sus líderes políticos no solo gestionen recursos, sino que también garanticen que las promesas hechas en tiempos de campaña no se queden en el aire. La carta de los congresistas es solo el primer paso en una serie de acciones que podrían marcar el rumbo de la política regional en los próximos meses, mientras se espera que el presidente Petro, finalmente, se haga responsable de los compromisos adquiridos con la ciudad.
