El concejal de Bogotá, Rolando González, se convirtió en una víctima más de la creciente inseguridad que azota a la capital colombiana, al ser asaltado a mano armada en la puerta de su propia casa. A través de un video publicado en sus redes sociales, el funcionario denunció el robo que sufrió el 13 de febrero, un hecho que ocurrió a plena luz del día, cuando dos delincuentes, que se desplazaban en moto, lo rodearon y lo encañonaron mientras se encontraba en su camioneta. Este episodio pone en evidencia la vulnerabilidad que viven los ciudadanos, incluso aquellos que ocupan cargos públicos en la ciudad.
En las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, se observa cómo el concejal fue obligado a salir del vehículo mientras los delincuentes lo apuntaban con un arma de fuego. Según González, en ese momento recibió amenazas de muerte, y estuvo a punto de perder la vida en manos de los criminales. Afortunadamente, el robo no pasó a mayores, pero la situación deja una reflexión preocupante sobre la seguridad en Bogotá y en otras grandes ciudades del país.
La inseguridad es uno de los problemas que más preocupa a los bogotanos, y los números no mienten. En varias encuestas de opinión realizadas durante 2024, como las de Invamer, más del 50% de los ciudadanos señalaron que la inseguridad es uno de los principales retos que enfrenta la administración del alcalde Carlos Fernando Galán. Esta percepción se agrava cuando se considera que en el último sondeo de la firma, el 96% de los colombianos expresó sentirse inseguros en las principales ciudades del país, lo que refleja un panorama alarmante que parece no encontrar solución a corto plazo.
El atraco sufrido por González no es un hecho aislado, sino una muestra más de cómo la delincuencia está afectando a todos los sectores de la sociedad. El propio concejal, quien representa al partido Cambio Radical, hizo un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas más efectivas contra la inseguridad. A través de sus redes, González expresó su descontento y su temor al manifestar que “no puede ser posible que este tipo de actos sigan sucediendo”, haciendo un llamado a las autoridades para que implementen “acciones contundentes” que realmente logren devolver la tranquilidad a los ciudadanos.
El robo al concejal también pone en evidencia la sensación de impotencia y miedo que reina entre los habitantes de Bogotá, quienes, como el mismo González, sienten que están a merced de los delincuentes. A pesar de los esfuerzos de las autoridades por frenar el crimen en la ciudad, las estadísticas siguen siendo preocupantes, y los casos de asaltos y robos a mano armada parecen no cesar. La falta de confianza en la seguridad pública es un reflejo de la frustración de la gente, que se siente cada vez más desprotegida.
Este incidente también resalta la necesidad de una reflexión profunda sobre las políticas de seguridad en Bogotá y en el país. La administración local y nacional deben tomar decisiones drásticas y eficientes para combatir la criminalidad, que ya no distingue entre ciudadanos comunes y funcionarios públicos. La inseguridad no solo afecta la calidad de vida de los habitantes, sino que también pone en riesgo la integridad de quienes trabajan por el bienestar de la sociedad. Sin una respuesta clara y eficaz, la ciudadanía seguirá viviendo con el temor constante de ser víctima de la delincuencia.