Santa Fe de Antioquia, conocida como la Ciudad Madre, ha sido durante décadas un referente ineludible del turismo antioqueño. Su centro histórico, declarado como uno de los 45 más importantes del país, y su emblemático Puente de Occidente, han sido motivos suficientes para que miles de familias incluyan este destino en sus planes anuales. Sin embargo, la hegemonía de este lugar enfrenta hoy serios desafíos que amenazan con relegarlo frente a destinos emergentes en el departamento.
La reciente temporada decembrina y el inicio de enero dejaron un respiro para el sector turístico de Santa Fe. Con una ocupación hotelera superior al 80%, incluso después del Puente de Reyes, los empresarios vieron una luz de esperanza tras años de pérdidas por la pandemia y el cierre del puente Paso Real. Pero este resurgir temporal no garantiza la estabilidad a mediano plazo. De acuerdo con Víctor Pino, un empresario de la región, varios factores están limitando la capacidad del municipio para competir en el cambiante mercado turístico.

Uno de los principales retos es la irrupción de las rentas cortas, impulsadas por plataformas como Airbnb. Estas ofertas, que brindan alojamiento para grupos numerosos a precios competitivos, han puesto en aprietos al sector hotelero, que realiza constantes inversiones para mejorar sus servicios. A esto se suma la creciente competencia de destinos como Mutatá, Ebéjico y Fredonia, que han diversificado su oferta con turismo de naturaleza, cultura y descanso en clima templado.
Además, según Pino, Santa Fe de Antioquia carece de una cadena de valor integrada que la convierta en un destino turístico sólido según los estándares de la Organización Mundial de Turismo. La ciudad se ha centrado en un turismo básico de sol y piscina, lo que la deja en desventaja frente a propuestas más complejas y calificadas que hoy atraen a los viajeros, tanto nacionales como internacionales.

Ante esta situación, la Alcaldía de Santa Fe ha comenzado a bosquejar un plan que busca redefinir su vocación turística hacia una apuesta biocultural. Este proyecto incluye la recuperación de prácticas tradicionales, la investigación sobre su rica gastronomía y la revitalización de su oferta cultural. Aunque el camino será largo, el objetivo es lograr un sello distintivo que permita al municipio posicionarse nuevamente como un destino competitivo en Antioquia y el país.
En medio de estos desafíos, uno de los puntos más polémicos ha sido el precio de los servicios turísticos. Mientras algunos ciudadanos critican lo que consideran tarifas elevadas, empresarios como Mario Jaime, de la hostería Tonusco, argumentan que los costos son competitivos frente a otros destinos. Sin embargo, ambos sectores coinciden en que bajar los precios para competir podría socavar la sostenibilidad económica y social del municipio, una medida que ninguno está dispuesto a apoyar.
El auge de otros destinos como Jardín y Jericó, que han potenciado su oferta patrimonial y arquitectónica, también evidencia la necesidad de que Santa Fe renueve su propuesta. Estos municipios han logrado crear experiencias integrales que atraen tanto al turismo de aventura como al cultural, algo que Santa Fe deberá considerar si desea mantener su relevancia en el mercado.
Por otro lado, los empresarios locales señalan la importancia de fortalecer la infraestructura y los servicios turísticos del municipio. Inversiones en conectividad, transporte y promoción estratégica podrían ser claves para recuperar el terreno perdido frente a los nuevos competidores. Sin embargo, también se necesita un cambio de enfoque que involucre a toda la comunidad en el proceso de transformación turística.
Mientras se consolidan los planes a largo plazo, el sector privado y el público deben encontrar soluciones inmediatas que mitiguen los efectos de las rentas cortas y potencien los atractivos existentes. Un ejemplo podría ser la promoción de paquetes turísticos que incluyan visitas guiadas por el centro histórico, recorridos por el Puente de Occidente y actividades culturales únicas.

La búsqueda de un nuevo sello distintivo para Santa Fe de Antioquia es una tarea urgente. La combinación de su riqueza patrimonial con nuevas propuestas bioculturales podría ser la fórmula para atraer nuevamente a los viajeros y fortalecer su economía. Sin embargo, este proceso requiere compromiso, inversión y creatividad para superar los obstáculos que enfrenta actualmente.
Santa Fe de Antioquia tiene el potencial de recuperar su lugar como amo y señor del turismo en el departamento, pero para lograrlo deberá innovar y adaptarse a las demandas de un mercado turístico cada vez más exigente. La historia y el encanto están de su lado; ahora, el desafío es transformar esas fortalezas en una propuesta irresistible para el viajero contemporáneo.