La reciente decisión de Estados Unidos de suspender indefinidamente la sección de visas de su Embajada en Bogotá ha desatado una serie de reacciones tanto en el ámbito político colombiano como en la comunidad internacional. En este contexto, el presidente Gustavo Petro no tardó en pronunciarse, utilizando su cuenta en la red social X para expresar su preocupación por las implicaciones que esta medida podría tener sobre las relaciones entre ambos países y sobre la situación migratoria en la región. En su mensaje, Petro destacó que esta decisión refleja una problemática más amplia que afecta a América Latina: la migración.
En su intervención, Petro aprovechó la ocasión para hacer un llamado a la unidad regional, solicitando a Iris Xiomara Castro, presidenta de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que convoque de manera urgente una asamblea extraordinaria de presidentes latinoamericanos. El objetivo de este encuentro sería examinar en profundidad los desafíos que representa la migración en la región y buscar soluciones conjuntas. Petro considera que la situación migratoria no es un problema exclusivo de Colombia, sino un fenómeno que afecta a todos los países latinoamericanos, por lo que la respuesta debe ser colectiva.
La solicitud del presidente colombiano resalta la creciente preocupación sobre la migración en el continente, especialmente con la crisis de los migrantes venezolanos que han llegado en masa a países como Colombia. La suspensión de visas por parte de Estados Unidos se inserta en un contexto más amplio de políticas migratorias más estrictas y de creciente tensión entre los países del continente americano. Petro ha hecho énfasis en que la migración debe ser abordada con una perspectiva de respeto a los derechos humanos, independientemente de las decisiones tomadas por potencias extranjeras.
Además, Petro recordó en su mensaje que existen más de 15.666 ciudadanos estadounidenses que residen en Colombia, y exigió que se regularice su situación en el país. Sin embargo, aclaró que su gobierno está comprometido con la libertad humana y que los ciudadanos de Estados Unidos podrán continuar viviendo en Colombia, siempre y cuando respeten las leyes locales. La postura de Petro refleja un equilibrio entre la necesidad de respetar la soberanía colombiana y el deseo de mantener una relación cordial con Estados Unidos, a pesar de las tensiones recientes.
La reacción de la administración colombiana también incluyó un pronunciamiento de Laura Sarabia, quien en su calidad de directora saliente del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre) y futura ministra de Relaciones Exteriores, enfatizó la importancia de un enfoque respetuoso y humano hacia la migración. En sus declaraciones, Sarabia subrayó que el gobierno de Petro está comprometido en garantizar un trato digno para los migrantes y para cualquier extranjero en el país, en línea con su filosofía de derechos humanos y justicia social.
Sarabia también hizo hincapié en la necesidad de garantizar que los migrantes cuenten con condiciones adecuadas para su desplazamiento, incluido el transporte civil y digno. Este enfoque refleja la prioridad que el gobierno de Petro otorga a la dignidad humana y al bienestar de los migrantes, independientemente de su estatus legal o nacionalidad. Esta postura ha sido una constante en la administración, que ha buscado transformar a Colombia en un país de refugio y solidaridad para aquellos que huyen de situaciones de crisis.
El enfoque de la administración Petro ante la migración se ha caracterizado por una postura abierta y humanitaria, pero también pragmática. La situación de los migrantes en Colombia ha sido una de las grandes preocupaciones del gobierno, que ha debido lidiar con los desafíos derivados del éxodo masivo de venezolanos y la presión que esto ha generado sobre los servicios públicos, el empleo y la seguridad en varias regiones del país.
A pesar de las tensiones diplomáticas que pueda generar la medida tomada por Estados Unidos, el gobierno colombiano parece decidido a mantener un enfoque cooperativo y diplomático. El llamado a la CELAC para una discusión regional sobre la migración es una clara señal de que Colombia busca ser parte de la solución a un problema global que afecta a millones de personas, sin cerrar sus puertas a quienes buscan una vida mejor en su territorio. La respuesta colombiana refleja el deseo de Petro de defender una política migratoria que priorice la humanidad, la dignidad y la cooperación regional.