En el corazón del Oriente Antioqueño, Cocorná se enfrenta a una crisis sin precedentes. Las intensas lluvias que han azotado la región en las últimas semanas han dejado una estela de destrucción y desolación. En menos de veinte días, el municipio ha lidiado con dos emergencias que han puesto a prueba la resiliencia de sus habitantes y la capacidad de respuesta de sus autoridades. El alcalde, David Alejandro Gómez, ha alzado la voz para solicitar ayuda urgente, destacando la necesidad de un puente militar que permita restablecer la comunicación y la movilidad en las zonas más afectadas.
Las inundaciones han causado estragos significativos, destruyendo puentes vehiculares y dejando a comunidades enteras incomunicadas. La primera emergencia, que tuvo lugar hace dos semanas, ya había dejado un saldo devastador: dos puentes destruidos y tres más dañados, además de millonarios perjuicios para los campesinos que dependen de sus cultivos. La reciente emergencia ha intensificado el drama, con 40 movimientos en masa reportados y la zona urbana sufriendo cortes en el suministro de agua potable.
La situación es crítica. Durante el fin de semana, las lluvias provocaron que la bocatoma de la quebrada La Guayabala, que abastece la Planta de Tratamiento, sufriera daños severos, dejando a la población sin acceso al agua durante varias horas. Aunque se han realizado intervenciones para restablecer el servicio, este sigue siendo intermitente, lo que agrava aún más la situación de los cerca de 2.000 habitantes de la zona rural que ya habían quedado sin agua tras la primera inundación.
La educación también ha sido víctima de esta calamidad. Cerca del Centro Educativo Rural de Buenos Aires, 12 estudiantes se han visto desescolarizados debido a los estragos de las lluvias. La falta de acceso a la educación es un golpe duro para las familias que ven en la formación de sus hijos una esperanza de futuro. La comunidad educativa se encuentra en un estado de incertidumbre, esperando que las condiciones mejoren para que los niños puedan regresar a las aulas.
El alcalde Gómez ha hecho un llamado a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, solicitando la autorización para que el Ejército instale un puente militar que permita restablecer la comunicación en la vereda El Chocó, donde la caída del puente La Trinidad ha dejado a miles de personas aisladas. Este puente no solo es una necesidad logística, sino un símbolo de esperanza para aquellos que anhelan volver a conectarse con el mundo exterior.
En medio de esta crisis, la solidaridad ha emergido como un rayo de luz. En las últimas horas, el Dagran y la Alcaldía han entregado cerca de 300 mercados a las familias más necesitadas, brindando un alivio temporal en medio de la adversidad. Sin embargo, la ayuda no puede detenerse aquí. Es imperativo que se implementen medidas a largo plazo para mitigar el impacto de futuras emergencias y garantizar la seguridad de los habitantes de Cocorná.
La tragedia ha cobrado incluso vidas, como la del hombre que perdió la vida por inmersión en el río Santo Domingo, recordándonos que la naturaleza, aunque hermosa, puede ser implacable. Este trágico suceso subraya la urgencia de actuar y de prepararse para enfrentar los desafíos que el cambio climático nos presenta.
Cocorná necesita más que nunca el apoyo de las autoridades y de la comunidad en general. La reconstrucción de la infraestructura dañada y la atención a las necesidades básicas de sus habitantes son tareas que requieren un esfuerzo conjunto. En este momento crítico, la solidaridad y la acción son fundamentales para ayudar a Cocorná a levantarse de las cenizas de esta calamidad y construir un futuro más